Una margarita en un campo de miles se siente sola, y es que un mosquito es su unico compañero. Trás de si, existe un vasto campo de moras, una ciudad, y un banco de peces que nunca conocerá. Sueña cada dia, al contrario que sus compañeras, que sople el viento, que la haga bailar al son del planeo de los pajaros. Hoy es un dia diferente pues parece que va a llover, hoy toca baño. Un escritor a su lado le susurra que el atardecer llega, que las moscas estan dejando de revolotear, que ya es hora de cerrar los ojos. Pero ella no quiere. La ciudad respira en calma. La brisa seca el sudor que antes el sol clamó. Suspiros de libertad. El cielo torna a rosado cuando una a una se van encendiendo las luces del camino de vuelta. Los gritos de una madre avisan al niño que nos acompaña que es hora de partir, de marchar, quizas mañana la margarita no se sienta tan sola...

La verdad es que hoy me apetece escribir de tantas cosas, de sentimientos, de padeciminetos, de ti, de mi, de lo que podrá ser y de lo que no es ahora. No se... me aturullo y ver dar vueltas a la lavadora es lo unico que creo puede calmarme.

Y no estar alli con vosotros, y sentirme unos mas desde lo lejos, os añoro, añoro esa fuerza que parecia apagada, querer remover el mundo como lo intentais hacer, lo mejor...que lo conseguis! Andar hasta vosotros, comer frutos del madrono y abrazar al oso. Escalofrios, escalofrios me recorren por la piel cuando os veo, cuando os siento, cuando no os oigo. Y pensar que estabais apagados, alegrarme de equivocarme y saber que no estamos solos. Lo mejor, que la policia dejó de ser gris y se unió a un pueblo desacatando leyes, ellos, ellos que presumen de cumplirlas. Desde aqui, desde la lejanía os leo, os oigo, os difundo, os siento...os añoro.
Y cuentame como lo vives tu, y cuentame como lo vives.